Se lanzó en Panamá el libro Laboratorio Musical, que refleja el impacto de la musicoterapia en la vida de las personas, los resultados de estudios realizados en la materia a nivel mundial y que sirve como guía para la aplicación terapéutica de la misma en niños y adultos.
El libro, escrito por la musicoterapeuta Sandra Schvetz, está dividido en dos secciones: una dirigida a la enseñanza de los más pequeños; y la segunda, dedicada a la transmisión de los conocimientos musicales para personas adultas.
"Se trata de un manual de trabajo adaptable a niños, adolescentes y adultos, para ser utilizado en el campo de la educación especial, así como el pedagógico en general. Es un maravillo instrumento que sirve de ayuda en el arte de hacer terapia", explica la autora.
Schvetz es responsable del proyecto de inserción de la musicoterapia en Panamá en el Instituto Panameño de Habilitación Especial (IPHE ), a través del cual se capacitan a profesionales de los servicios médicos técnicos (fisioterapia, estimulación temprana, fonoaudiología, sociología, terapia ocupacional, entre otras). Durante los últimos dos años y medio, ha participado en jornadas de adiestramiento, atendiendo a más de 250 funcionarios técnicos.
Asimismo, con el IPHE, Schvetz implementó un plan nacional para que los niños que lo requieran tenga acceso a alternativas con herramientas a nivel de la salud a través de la musicoterapia. Este proyecto ha impactado la vida de más de 600 niños, adolescentes y jóvenes, que reciben servicios, recursos y apoyos de Educación Especial que brinda esta entidad a nivel nacional.
El Instituto Panameño de Habilitación Especial (IPHE ), la Secretaría Nacional de Discapacidad (SENADIS), el Sistema Estatal de Radio y Televisión (SERTV), Lady Web Agencia Digital, Fundación Soy Capaz, CEPAVAL, Foodie, Cía Alfaro y Velásquez Hair Dressers son los auspiciadores de esta producción.
Sobre la musicoterapia y la autora
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la musicoterapia es el uso de la música, el cuerpo, instrumentos y/o de los elementos musicales (sonidos, ritmo, melodía, armonía) por un musicoterapéuta calificado con paciente o un grupo de paciente, para facilitar o promover la comunicación, relajación, aprendizaje, motricidad, expresión, organización e interrelación. Otros objetivos terapéuticos relevantes con el fin de satisfacer las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas.
Aparte de las afecciones anteriormente citadas, la musicoterapia es usada como método de estimulación prenatal, natal y postnatal; para tratar personas con depresión, trastornos psíquicos y físicos, epilepsia, afasia (trastorno del lenguaje) y en afecciones de la tercera edad.
Desde hace unos años, Sandra Schvetz lleva a cabo fuertes esfuerzos para lograr la inclusión de la musicoterapia de manera permanente como terapia en el país, acción que contempla entre otras aspectos: entrenamiento especializado para personal educativo, carreras universitarias, terapias en hospitales gubernamentales y sesiones en clínicas privadas.
Schvetz es graduada de Musicoterapia en la Universidad de Medicina del Salvador, Argentina; con un segundo título en el Instituto Keren Haram de Israel. Vive en Panamá desde hace más de 10 años y desde su llegada se ha esforzado por lograr que la musicoterapia sea vista en el país como una herramienta adicional para el tratamiento y/o manejo de afecciones como el autismo, trastornos del lenguaje, síndrome de Down, síndrome de Cri Du Chat, demencia, entre otras. Al parecer, los esfuerzos están comenzando a rendir frutos.